lunes, 2 de mayo de 2011

VOCES DEL SILENCIO







Todos hemos oído hablar de las psicofonías. Y nos parecen un fenómeno muy remoto y enigmático. Sin embargo, hay otra experiencia que está al alcance de todo el mundo, muy parecida, aunque probablemente no tan sobrenaturalizante. Las voces del silencio.

Se produce cuando estamos en una casa que tiene la particularidad de un completo silencio. En el casco antiguo, por ejemplo, hay momentos en que la vida parece detenerse. Todo adquiere una sigilosidad casi gatuna. La ausencia de ruidos es tan grande que hasta puedes escuchar, a cada cuarto, el reloj de pesas de una casa lejana. Como si estuviese aquí mismo.

Cuando tiene lugar ese vacío de sonidos, ese abismo sónico, no por eso dejamos de escuchar. Lo que ocurre es que aparecen entonces ruidos y percepciones extrañas, muy repetidas. Se hace el silencio total, y cuando empiezas a acostumbrarte a él puedes distinguir muy levemente, muy flojito, el murmullo de unas voces.

Es curioso porque estés dónde estés, las voces siempre parecen las mismas. Resultan casi ininteligibles, y dirías que corresponden a una mujer o un niño y un hombre. Hablan pausadamente, en un idioma que no llegas a percibir. Su tono es monocorde, indiferente, igual que si estuviesen hablando así desde la eternidad.

Junto a ellas también sueles distinguir el ruido suave de una especie de motor. Un retumbe muy leve, como si hubiese un coche al ralentí en cualquier esquina lejana.

Uno se pregunta si es que ese tipo de sonidos del silencio vienen contigo. Es decir, si se trata de una sensación propia de tu audición. Como un defecto de fábrica. O bien es que tú interpretas los más mínimos murmullos bajo clave humana, y por eso los ecos más nimios te producen esa sensación. O si, finalmente, es que realmente existen. Y sólo en los momentos de silencio cósmico, cuando nada altera tus sentidos, resultan perceptibles.

A veces crees que son tus propios recuerdos. Que cuando la vida se detiene y tu conciencia apaga la luz, siguen evocando las cosas que te ocurrieron en el pasado.



PD- Dos días después de leer este artículo encuentra formulado este efecto en el libro "Literatura y principio del placer" de D. Wellershoff, donde lo define como el "Canto de las sirenas".

Sincronicidad.

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