domingo, 29 de agosto de 2010

PREGÓN EN LLUC




A veces te sorprende cómo la realidad dinamita las presuntas categorías de tu conocimiento.

Ayer sábado, tocaba con Rock&Press en plena calle de Felanitx, en medio de las fiestas de Sant Agustí. Un ambiente rockero, de cerveza, música a todo volumen, buen rollo, gente bastante borracha y mucha reivindicación.

El próximo sábado, me han invitado a pronunciar el pregón de las Festes de Lluc. Sobre las 21 horas, en el santuario, con el coro de los Blauets.

Uno no puede imaginarse un contraste más furioso.

Pero, sin embargo, hay algo congruente en el fondo.

viernes, 27 de agosto de 2010

¿TENDRÁ HISTORIA INTERNET?




Frente a nuestra concepción tradicional de cultura, internet y sus contenidos poseen un factor inquietante: la imperdurabilidad.
¿Tendrá historia internet?

Todos sabemos de webs o blogs que marcaron una época, fueron una referencia, pero de un día para otro desaparecieron.
Irrecuperables. "Où sont les neiges d'antan?". ¿Quién podrá estudiarlos? ¿Qué escribas o monjes conservarán para la posteridad ese legado contemporáneo?

¿Los contenidos virtuales, incluyendo nuestras fotos digitales almacenadas en artefactos caducables, tienen futuro? Puede que, de aquí a veinte o treinta años, sea como si nunca hubieran existido.

Y el inmenso legado de Internet, sus blogspots y facebooks, acaben como la metáfora que Keats concibió como epitafio: "Nombres escritos en el agua".

martes, 24 de agosto de 2010

LA LECCIÓN DE BENIRRÀS




Hace tiempo que deberían de haber cambiado las inercias, las retóricas, los lugares comunes sobre el turismo. Utilizados por la derecha y por la pretendida izquierda. Con el mismo resultado. Hay problemas que no se solucionan porque no llegan a plantearse en su cruda realidad.

La catástrofe de Benirràs no es una maldición del cielo, ni únicamente un acto alevoso o una imprudencia. Es el resultado de la política (por llamarla de alguna manera) "turística" que se ha llevado en estas islas.

Confiando en el maná del turismo, sin ningún tipo de pensamiento crítico más allá de las parafernalias pseudotécnicas, durante la temporada alta se libra a las Islas a una peligrosa sobresaturación. Ocurre con el parque móvil de Formentera, ocurre con los cicloturistas en primavera, ocurre en calas como Benirràs.

Lo que han hecho todos los Governs, de un modo cateto e irresponsable, es montar carísimas campañas de promoción, gastar en eslógans y folletos, alimentar un icono artificial. Pero sin reflexionar lo que eso supone.

Cuando te dejas de altavocerías y vas a lo que realmente importa: el paisaje, el lugar turístico, la realidad, la calidad del servicio y el entorno, a veces es un desastre. Falta una mínima planificación, un análisis inteligente. La mitad de las cosas se improvisan, la otra se dejan para mañana, el resto son sobreentendidos.

Las promociones se hacen sin calcular el impacto que suponen. En Palma, pueden llegar varios miles de cruceristas en un mismo día y a la misma hora, colapsando el centro histórico. Las carreteras de Formentera no están preparadas para tanto tráfico. Se fomenta el consumo indiscrimnado de alcohol y luego se escandalizan del "balconing". Sitios punteros como la Platja de Palma están sucios y ocupados por una delincuencia organizada. Hay rutas turísticas por lugares peligrosos y sin protección, hecho demostrado por numerosos accidentes. Y un larguísimo etcétera.

Desastres como el de Benirràs, que a todos los que amamos Ibiza nos duele en el alma, se evitan planteándose cómo evitar y canalizar las concentraciones humanas y de coches en sitios no preparados. Estudiando las consecuencias del flujo turístico no sólo en el bolsillo, sino también en el medio natural.

Seguimos, en el fondo, con las mismas inercias rutinarias y miopes de los años sesenta. Con los tópicos y las palabrerías. Pero mientras tanto, la realidad física paga por ello.




http://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2010/08/24/incendio-benirras-origino-negligencia-cueva-govern/428935.html

jueves, 19 de agosto de 2010

SOTA TERRA, UN BODRIETE



Ay Heráclito el Oscuro. Despreciador de masas y entelequista de sí mismo. Cuánto abominarías de estos tiempos.

“¿Qué es lo que comprenden o se proponen? ¿Hacen caso a los aedos del pueblo y toman como maestro a la masa, ignorando que muchos son los malos, pocos los buenos?”.

Escandaliza la lección filosófica del programa de TV3 "Sota Terra" que pretende "vulgarizar" la arqueología. Su trasfondo es tan transparente: "Eso de la arqueología es un rollo y no interesa a la mayoría. O le ponemos un cómico, chistes malos, un poco de suspense, truculencia y unos cuantos arreglos digestivos o eso no va a ningún lado".

El pobre Fermí Fernández está patético con sus rollos repetitivos y chirriantes. Carbonell con su salacot parece salido de un tebeo. Y la infografía histérica se contradice con la realidad del trabajo arqueológico. Eso por no hablar del uso de detectores de metales y la subsiguiente apelación al furtivismo.

He sentido vergüenza viendo el "Sota Terra" dedicado a Empúries. Carreras de excavadores, falsos enigmas que no lo son (hace muchísimos años que se sabe dónde acaba la ciudad romana), situaciones caricaturescas y en el fondo pobreza cognitiva nada más que en aras de la audiencia. "Muchos son los malos, pocos los buenos".

Ay, Heráclito, ¿dónde estás?

miércoles, 11 de agosto de 2010

SABORES DE IBIZA




Hace días, pude leer que el ayuntamiento de Ibiza ha distinguido a dos establecimientos. Can Alfredo y Can Vadell.

La noticia me despertó profundas magdalenas de Proust.

Siempre cumplo inexorablemente con mi cita en Can Vadell. No sólo para comprar esas magdalenas ibicencas que me chiflan. Sino sobre todo para contemplar a doña Pilar. Majestuosa, elegante, llena de dulzura y firmeza. Es la imagen de la madona ibicenca, telúrica y llena de humanidad. Poderosa pero humilde. Sus magdalenas me llenan de un sentido pleno de la vida, como esa mirada que te dispensa amistosamente cuando te cobra el rídiculo euro que cuesta esa maravilla.

Hace tiempo que no paso por Can Alfredo. Me gustaba más antes de la reforma. Muy acogedor, con esas fotos de famosos firmadas y aquella composición fantástica de la payesa con su perro y su gato que tan bien supo retratar Buil Mayral. Iba mucho en los 90, cuando estaba a menudo en Ibiza. recuerdo a Joan - "Joanito" - Riera dando de comer a los futbolistas del Eivissa, cuando el club no tenía dinero ni para pagarles. Me ha quedado grabado el sabor de su sopa de menudillos, en noches de invierno, cuando salías a s'Alameda y soplaba un viento frío y destemplado. Mientras las campanas de la Seo parecían lamentarse.

Un día Joanito me comentó que yo salía mucho en los diarios. A continuación, me miró y dirigió sus ojos a su colección de fotos suyas con famosos. Se quedó un segundo pensativo. Pero no dijo nada. Yo pensé para mis adentros: "Uf. Por poco. El día en que Joanito quiera fotografiarse comigo es que realmente he triunfado".

Me alegro de que, por una vez, se reconozcan las cosas importantes. Y a los personajes que nos han dado de comer física y espiritualmente.

jueves, 5 de agosto de 2010

HIPERVINCULADOS



El universo googleiano tiene muchísimas ventajas. Hoy cuesta imaginarse un recurso más amplio y universal a la cultura. Nos asombra pensar lo difícil que era antes buscar un nombre en bibliotecas y enciclopedias, cuando ahora está al alcance de un simple click.

Pero también tiene su parte oscura.

Conoces a una persona y si sabes sus dos apellidos, es increíble lo que puedes llegar a investigar. Buscas en el Google y acabas encontrando su mail, su expediente académico, incluso su teléfono. Si está en abierto dentro del Facebook te salen sus fotos, sus amigas, sus conocidos, sus fiestas. Esa persona desconocida puede ser "escaneada" en poco tiempo a través de la red. Hasta extremos que nos parecen imposibles.

Tiempos difíciles para la ciberprivacidad.

martes, 3 de agosto de 2010

CAGANDO VIKINGOS


lunes, 2 de agosto de 2010

VENTANEO





Uno de los deportes de paseante consiste en mirar las ventanas. Para eso hay que caminar con la vista hacia arriba, pendiente de los acontecimientos superiores. Olvidando un poco esa senda cotidiana que hacemos casi con anteojeras, sin apenas ser conscientes de nuestros pasos.

El ventaneo invernal te inspira sentimientos de calendario de Adviento. Con las luces, las cortinas, los mundos ocultos y semidesvelados. Siempre te sugieren una sensación de intimidad gozosa, de miniatura.

Muy distinto resulta el ventaneo estival. Si en los meses fríos las casas se protegen y dejan salir sólo sus aspectos más cálidos, en verano las casas respira, exudan, se asfixian.

Todas las ventanas están abiertas de par en par. Ves como titila algún ventilador, escuchas todos los ruidos interiores, incluso los más íntimos, proyectados en el espacio congestionado de la ciudad. La casa no es que sea extrovertida, se convierte en exhibicionista.

Hay calles que te ofrecen conciertos de radios. Cada una saliendo de forma triunfal a través de una ventana. Otras airean discusiones matrimoniales, llantos de críos, chafamiento de verduras con el turmix… Como si todo se hiciera en el exterior.

A veces puedes ver a alguno de sus habitantes. Con la camiseta de tirantes, sentado en un pequeño rectángulo de sombra. Boquea ausente, un poco como hacen los peces cuando están fuera del agua. El calor contagia esa atmósfera pegagosa, compartida. Igual que ocurre con los olores. Porque esas ventanas de par en par también nos echan a la cara según qué aromas a casa cerrada, a cocina, a interior rancio.

Es así como mientras que el ventaneo invernal resulta placentero y poético, el estival da un poco de grima. Pierdes ese principio de empatía, basado en el deseo de entrar y compartir los interiores. No apetece nada colarse en ninguna de esas viviendas acaloradas y bostezantes.

Con la excepción, eso sí, se esas casas cerradas a cal y canto. Con un aparato de aire acondicionado que ruge en el balcón. En esos casos sí que querrías estar dentro.