jueves, 18 de marzo de 2010

STRAWBERRY MOON





Hace años, cuando residía en Menorca, me gustaba pasear por "s'altre banda" del puerto mahonés. Es una costa llena de casas preciosas, con ventanas que dan al mar, embarcaderos, y una orilla de "macs" verdinegruzcos y resonantes. Los barcos pasan delante tuyo y la ciudad de Maó parece un cuadro del XVIII.

Mi rincón favorito era una casa con un nombre bien extraño: "Luna de frambuesa". Supongo que se refería al color de la fachada. El lugar era uno de esos vértices donde te olvidas del mundo. Iba allí a escuchar el mar, a repasar el texto de algún escrito o conferencia, a pensar, a escribir cartas. Y en cierta manera, "Strawberry Moon" se convirtió para mí en una categoría significante. Un mundo que resumía lo que es el Mediterráneo. Colores vivos, una atmósfera envolvente, ensueños clásicos y pcitóricos, silencio, paz interior, escala humana.

Desgraciadamente, "Strawberry Moon" desapareció. La casa se vendió, hicieron reformas y el nombre ha desaparecido. Pero sigo acudiendo allí cada vez que estoy en Maó.

He descubierto también que aquel rincón formuló mi arquetipo del paisaje insular. Y ahora encuentro "strawberrys moons" en muchos lugares. En Es Barcarès (Mallorca), en Sant Antoni de Portmany.... Porque todos significan lo mismo para mí.

Una idea de centralidad mediterránea, de puerta hacia el pasado y hacia tu propio interior.

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