viernes, 19 de junio de 2009

DE LAS SIRENAS



En el fondo del mar, todos somos calamares. La percepción del cuerpo, el color de la piel. Bajo el agua, los colores palidecen. La carne parece fría. Los movimientos se llenan de una espesa lentitud.

Las mujeres submarinas me han hecho dudar acerca de las sirenas. Sus formas flotan en medio de un azul muy denso. Parecen tiernas y resbaladizas. Descoloridas como cefalópodos. Intento imaginarme a las míticas ondinas. Los cabellos les flotarían en racimo. Su media mujer temblaría en aquella ingravidez, mientras el medio pez se movería con brillos escamosos.

Tendría la blancura inerte del calamar. El pecho bailaría sin forma, acariciado por las corrientes. La espalda curvada y carente de caídas. Incluso sus brazos parecerían tentáculos.

¿Serían tan bellas como las han imaginado?

Desde que he visto flotar a las bañistas bajo el agua, me cuesta creer en las sirenas.

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